Es uno de los grandes nombres de nuestro país en materia de cabello.
Lleva media vida trabajando y sigue tan ilusionado como el primer día,
lo que se refleja en su eterna sonrisa. Michel Meyer es una de esas
personas que podrían convertirse en tu mejor amigo al minuto de
conocerle. Irradia una energía desbordante y ofrece un trato cercano,
humano y sincero, que conquista. Hablamos con él en su salón del barrio
de Salamanca.
Más de 25 años lleva Michel soñando y creando en el versátil universo del
cabello.
Parece que hay muchos retos cumplidos, pero queremos saber si aún le
queda alguno por hacer realidad: "En este momento mis retos son más
personales que profesionales", nos cuenta. "Profesionalmente me siento
muy orgulloso de haber creado escuela, no físicamente hablando, sino por
todos los profesionales que han pasado y se han formado en el salón".
Se refiere a su centro de O' Donnell 9, su "segundo hogar" como él lo
llama, que ha dado lugar a toda una tropa de expertos a los él que
considera "hijos y nietos".
"Quise
ser peluquero desde niño", nos cuenta haciendo alusión a la peluquería
que tenía su madre en Francia. "Pero tenía que demostrar que podía ser
bueno. Y tuve la suerte de poder soñar y de poder realizar el sueño",
sonríe. Y no es para menos. Su trayectoria profesional
comenzó de la mano de Jacques Dessange en París, en
sus años más gloriosos. Trabajó ocho años con él y luego vino a Madrid a
abrir la primera franquicia de la firma en España. Nos habla del
momento de su separación de forma abierta: "No pude entender cómo en una
casa con una filosofía de mujer independiente, libre, profesional,
activa, de repente nos pusiésemos a poner extensiones, la propia imagen
de lo artificial. Estábamos creando una atadura, antiestética y anti
sexy. Me encantan las melenas largas, pero que se muevan de verdad, no
esa cosa estática realmente fea". Así las cosas,
hace ya 17 años, inició su negocio personal. "Qué más puedo pedir", comenta, "estoy muy satisfecho de mi labor. Además, trabajar en lo que a uno le gusta te hace libre".
"He encontrado lo más importante en la vida de una persona, que es el amor"
"No siempre he tenido una estabilidad
profesional, pero he tenido la suerte de encontrarla a nivel emocional y
es lo que me ha permitido sobrevolar todos los problemas de este
mundo", nos cuenta Meyer cuando le preguntamos acerca de la crisis
actual. "Ya lo veíamos venir en los años 90… Algo no iba. Ya sentíamos y
palpábamos lo que está pasando hoy, estos terremotos que nos van
haciendo temblar en todos los ámbitos". Y es que, según el estilista,
"nadie se ha salvado de la crisis, y no es en singular, sino en plural,
son muchas crisis las que han coincidido en un momento. Por supuesto
financiera, pero también de valores, de ética". Con todo, él decidió
quedarse en nuestro país y se siente feliz. "Aquí he encontrado lo más
importante en la vida de una persona, que es el
amor".
"Hoy en día, la sencillez y la humildad es lo que más dura"
Michel
es un creador nato y sabe transmitir su amor por las cosas bien hechas.
Así lo percibimos cuando nos enseña y nos habla de sus tocados y pamelas (abajo, en imágenes), una pasión que ya tenía en los años 80 y que pudo llevar a la práctica, por fin, en 2004.
En cuanto a
tendencias, nos habla de que "hemos pasado de hablar de
moda a hablar de tendencias en los años 70 y ahora estamos optando más por el
término look, que es algo instantáneo, que decides en el momento según tu estado de ánimo".
La moda supone adaptarte a los demás
Las melenas cortas y el platino han vuelto "pero
en realidad nunca se fueron, los tenemos desde Marilyn". Para el
estilista, "la gente ya no está tan condicionada por el look. Tenemos
que renovar la imagen y el vestuario, pero eso es algo muy personal. En
tocados por ejemplo, pasa mucho. Lo más importante es estar atento a la
escucha y adaptarse. La moda supone adaptarte a los demás
. Cada uno puede ser creativo a su manera. Hubo genios, pero hoy la sencillez y la humildad es lo que más dura.
Cabello sano y con movimiento
Los nuevos tratamientos para el cabello me aburren muchísimo
No
es casualidad que por su salón pasen desde vicepresidentas de Gobierno a
actrices, cantantes, aristócratas, empresarias… Su buen hacer y su
discreción le han valido una clientela de lo más fiel. Por no hablar de
su filosofía, que
aboga por una melena natural y llena de movimiento. "La belleza pasa por la sablud física y mental" nos advierte. "Los nuevos
tratamientos
me aburren muchísimo", añade. "En peluquería, la globalización nos ha
traído desgracias, como los champús de keratina y tantos otros productos
que han hecho mucho daño, tanto a la economía familiar como al pelo de
la gente. Yo no me metí en marcas desconocidas y el tiempo me ha dado la
razón. Existen productos interesantes, pero sobre todo en farmacia.
Tenemos que confiar en el profesional, pero en el de verdad.
Sus maestros
Admiraba mucho a
Vidal Sassoon,
de quien pudo aprender a los 16 años durante una estancia en Londres.
"Fue el rey del corte estructurado, con dibujo. Tampoco olvidar a
Bruno Pittini, mi maestro, director artístico de los años maravillosos de
Dessange",
nos explica con una sonrisa en los labios. "Tenía la técnica del corte
estructurado y añadió su punto mediterráneo, quitando la rigidez de los
cortes de Vidal para hacer algo mucho más sensual y lleno de
movimiento".
En el terreno personal, Meyer es un enamorado de los
viajes: "los necesito para renovarme profesionalmente y personalmente".
Sus últimas aventuras han sido en Asia, un continente por el que se
siente completamente fascinado. "Sea para descansar en Bali o pasear por
Shangai, que es la ciudad que ha sustituido en mi caso NY para llenarme
de inspiración".