Michel Meyer
Es un exquisito, viajado, culto y buen conversador, que ama la vida por encima de cualquier cosa. Lo que sale de sus manos, llega a la cabeza, bien en forma de cortes o de tocados.
Cuestionario:
Museo y un pintor/escultor/fotógrafo/artista:
El Prado, Picasso y Jackson Pollock.
Película:
‘La vida es bella’, de Roberto Benigni..
Libro:
‘Cien años de soledad’, de Gabriel García Márquez.
Canción, un disco:
‘Imagine’, de John Lennon.
El plan perfecto:
Unos amigos alrededor de una buena mesa.
En su frigorífico/despensa siempre hay…:
Champagne Louis de Sacy rosado.
El restaurante que no falla:
Kabuki.
La bebida:
Vino mallorquín Ànima Negra.
Un cóctel (y con qué ingredientes):
Manhattan: bourbon, vermut dulce y limón.
Una ciudad:
Shanghai, China.
Un hotel:
El Soho Hotel, en Londres.
Un rincón (secreto) para desconectar:
Milan.
El viaje pendiente:
San Petersburgo.
Un perfume:
Untitled de Maison Martin Margela.
El cosmético de tratamiento:
V5.2 Firewall (hidratante) y V3.0 Restart (serum ) de Sepai.
Una rutina de cuidados:
Lavar, tonificar e hidratar la cara.
Un truco que nunca falla:
Una mascarilla para los ojos hinchados a base de garbanzos machacados.
¿Cómo define su estilo?:
Informal chic y libre.
Última adquisición para su armario:
Una camisa de Yohji Yamamoto.
Un complemento imprescindible:
Un foulard en invierno y una gorra en verano.
La marca a la que es fiel:
Yves Saint Laurent.
Último regalo recibido:
Tres libros dedicados de y por Rosa Montero.
Último regalo que ha hecho:
Una camiseta que dice: “Tengo el corazón contento”.
¿Qué locura(s) se permite?:
Hacer lo que me da la gana.
Un capricho reciente:
Una cabeza etrusca.
Fuente: Miguel de Santos 19 agosto, 2013